thaumatrope
Thursday, December 28, 2006
Cine B...
Más que un cine B, o clase B, hay una imagen clase B.
Una imagen brillante sostiene una escenografía que intenta no pasar desapercibida. Como en Doble de cuerpo, (Brian de Palma - 1984) la película excede al set de filiación de segunda mano, para permanecer en escena durante toda la película. El relato de estas imágenes, maneja coordenadas de lo real que se encuentran descaradamente en el orden del simulacro, imponen nuevos ejes de construcción de la realidad, exponiendo un mundo donde no todo tenga necesariamente que encuadrar en lo real - verdadero. Sus historias apelan a la construcción de un nuevo sentido común, en un universo que posibilita la convivencia con lo fantástico. Las historias se centran en un segmento en el cual sin alejarnos de lo real, rozamos lo inverosímil. Este es un espacio que en verdad no puede ser reclamado ni por la escuela de lo fantástico o de la ciencia ficción y tampoco por el drama realista o costumbrista.
Es a partir de allí que la clase B ha pasado a ser un específico tipo de narración; independientemente de las que fueron en un primer momento cuestiones de presupuesto. Tales son los ejemplos de Brian de Palma con su Doble de cuerpo, Ojos de serpiente (1998), o Femme fatal (2002), entre otras. Quizá la superficie desde donde relata De Palma se encuentra surcada o impulsada por el halo fantástico a partir de su incursión en el género de terror (Cary - 1976).
Más que un cine B, o clase B, hay una imagen clase B.
Una imagen brillante sostiene una escenografía que intenta no pasar desapercibida. Como en Doble de cuerpo, (Brian de Palma - 1984) la película excede al set de filiación de segunda mano, para permanecer en escena durante toda la película. El relato de estas imágenes, maneja coordenadas de lo real que se encuentran descaradamente en el orden del simulacro, imponen nuevos ejes de construcción de la realidad, exponiendo un mundo donde no todo tenga necesariamente que encuadrar en lo real - verdadero. Sus historias apelan a la construcción de un nuevo sentido común, en un universo que posibilita la convivencia con lo fantástico. Las historias se centran en un segmento en el cual sin alejarnos de lo real, rozamos lo inverosímil. Este es un espacio que en verdad no puede ser reclamado ni por la escuela de lo fantástico o de la ciencia ficción y tampoco por el drama realista o costumbrista.
Es a partir de allí que la clase B ha pasado a ser un específico tipo de narración; independientemente de las que fueron en un primer momento cuestiones de presupuesto. Tales son los ejemplos de Brian de Palma con su Doble de cuerpo, Ojos de serpiente (1998), o Femme fatal (2002), entre otras. Quizá la superficie desde donde relata De Palma se encuentra surcada o impulsada por el halo fantástico a partir de su incursión en el género de terror (Cary - 1976).
La saga 007 es históricamente parte de esta poética desigual de la clase B, el despilfarro más incoherente en escenografitas, situaciones del todo imposibles y pieles tostadas todo el tiempo. Ahora series como la taquillera Lost (2004- 2005- 2006), poseen estas cualidades. Donde parece que se ha encontrado finalmente la formula total, la ecuación que mantiene la tensión, un abanico diseminado de información que - como digo - no tiene necesariamente que ver con lo real, ni siquiera con lo verosímil. En la imagen B, muchas cosas no tienen una significación profunda y sin embargo no nos molesta.
El círculo termina por cerrarse perfectamente en su nivel existencial, ya que el cine o mejor lo audiovisual, ha pasado ha ser en su mayoría entretenimiento, para ojos y cerebros urbanos, desgastados frente a tanta insoportable realidad, es decir, ojos enajenados que buscan dispersión - diversión momentánea que es en verdad huida, evasión, olvido. Por ello, nos sentamos de buen gusto frente a la promesa de una fuga, y disfrutamos el oso polar, el humo negro, las uñas limpias de los náufragos, las coincidencias despiadadas, queremos adrenalina, y si el guión se encuentra actualemente totalmente bastardeado, casi olvidado; no importa, ya que sólo necesitamos una especie de imaginación que puede claramente no tener ningún sentido…
El círculo termina por cerrarse perfectamente en su nivel existencial, ya que el cine o mejor lo audiovisual, ha pasado ha ser en su mayoría entretenimiento, para ojos y cerebros urbanos, desgastados frente a tanta insoportable realidad, es decir, ojos enajenados que buscan dispersión - diversión momentánea que es en verdad huida, evasión, olvido. Por ello, nos sentamos de buen gusto frente a la promesa de una fuga, y disfrutamos el oso polar, el humo negro, las uñas limpias de los náufragos, las coincidencias despiadadas, queremos adrenalina, y si el guión se encuentra actualemente totalmente bastardeado, casi olvidado; no importa, ya que sólo necesitamos una especie de imaginación que puede claramente no tener ningún sentido…
fjvm
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